En la primera entrada con este título alguien me recordaba otra película, «El Final De La Cuenta Atrás», así que he pensado que podría estar bien seguir comentando más películas de vez en cuando. Si la primera vez se trataba de algunos ejemplos que me resultaban especialmente emotivos, en esta ocasión revisaré un par de pesos pesados en el cine aeronáutico y, a modo de aperitivo, la mencionada película.

El Final De La Cuenta Atrás (The Final Countdown, 1980)

Quizá no sea una obra maestra, pero desde luego es todo un referente entre los aficionados a la aviación. El planteamiento es algo fantasioso, un portaaviones nuclear atraviesa una extraña tormenta que por arte de magia lo hace viajar atrás en el tiempo, justo antes del ataque japonés a Pearl Harbor. Dejando de lado esta licencia, el resto de la película se muestra bastante correcta en lo que a aviación se refiere. El principal atractivo es ver en acción toda el ala embarcada del Nimitz, en especial los F-14 Tomcat con la característica decoración del escuadrón VF-84 Jolly Rogers, posiblemente mi favorita (en 1995 pasaron a ser el VF-103). La película plantea una suculenta situación what if… al insertar un moderno portaaviones en plena IIGM, lo cual nos da una de las escenas casi míticas del cine aeronáutico: dos F-14 enfrentándose a dos Zeros japoneses (vale, son dos Texans «disfrazados», pero dada la época y la falta de CGI, hacen muy bien su papel). Yo desde luego prefiero ese tipo de fantasía que no el ver un Zero maravilloso maniobrando como un Extra 300 (y no miro a nadie responsable de «Pearl Harbor»…)

Tora! Tora! Tora! (1970)

Se pregunte a quien se pregunte, aficionado o no a la aviación, si hay una película que le haga justicia al ataque japonés a Pearl Harbor, es esta. Siendo una coproducción americana y japonesa, se aseguraron de ofrecer una visión totalmente objetiva de los hechos, desde ambos puntos de vista. Y eso es lo que uno ve, ni victimismos, ni heroísmos, ni demonización del enemigo… Si no hubiera diálogos y argumento bien podría pasar por un documental histórico. Pocas veces podremos ver una película del período en que salgan americanos incompetentes y los japoneses no sean seres despiadados. Su «secuela» por así decirlo, «Midway», ya es un poco más típica en ese aspecto, pero Tora! Tora! Tora! es más que correcta. En lo estrictamente aeronáutico tampoco hay nada reprochable. Al no poder echar mano de efectos digitales, lo que vuela son aviones reales y lo que explota son maquetas, nada como lo real para crear realismo. La única licencia, por lo demás muy recurrente en casi todo el cine que muestra aviones japoneses, es usar Texans para recrear a los Zeros, pero al menos es un modelo que guarda cierto parecido, lo cual siempre es de agradecer. Para mí, es una de las dos mejores películas de aviación jamás filmadas

La Batalla De Inglaterra (The Battle For Britain, 1969)

La otra mejor película de aviación de la historia, sin lugar a dudas. Todo un recital de cazas clásicos, con un reparto de primeras figuras francamente impresionante y, sobre todo, mucho interés en ser todo lo correctos históricamente que sea posible. Para el aficionado español esta película es doblemente importante. La práctica totalidad de aviones alemanes fueron cedidos por nuestro Ejército del Aire para el rodaje. Quizá no fuera un gran honor el que aquí todavía contáramos con semejantes reliquias en activo, pero sin duda a los productores les tocó la lotería encontrarse con esa cantidad de bombarderos He-111 y cazas Bf-109. Bueno, en el caso de estos se trataba de nuestros queridos Buchones, ese mix salido de la Hispano-Aviación de fuselaje de Messerscmitt con el motor Merlin del Spitfire. Dicen que el propio Adolf Galland (antiguo as de la Luftwaffe que colaboró como asesor) quedó muy sorprendido al ver lo que se había conseguido hacer con su antigua montura. De hecho algunas de las escenas más espectaculares con aviones alemanes (como el ataque inicial de la película) fueron rodadas por pilotos españoles, la antigua base sevillana de Tablada se convirtió en aeródromo alemán para la ocasión (y mil anécdotas más que quizá cuente en otra ocasión). En cuanto  a los cazas ingleses no hubo mayor problema en reunir una buena cantidad de Spitfires y Hurricanes. Eso y los trucos de montaje para aumentar su número hace que se puedan ver generosos combates aéreos con todos los modelos de la época. Sin trampa ni cartón, el rodaje de la película congregó a una fuerza aérea mayor que la de muchos países europeos. ¿El objetivo? Mostrar la Batalla tal y como fue, sentar al espectador en una de aquellas cabinas y trasladarle de nuevo al verano de 1940 sobre el sur de Inglaterra. Esta película daría para escribir muchísimo más, pero es mejor verla y, si puede ser, no perderse los extras del DVD. El equivalente a la Biblia en la videoteca de cualquier aficionado.

Y lo dejo por hoy. Otro día traeré unas pocas más.

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