Seguro que la inmensa mayoría pensará que hasta sobran, sobre todo viendo el panorama que tenemos ahora mismo. Pero si lo miramos desde otra perspectiva y nos lo planteamos con cierta objetividad, a lo mejor resulta que hasta tenemos pocos. «¿Pero qué dices, animal?». Un momento, que nadie me tire tomates todavía. Igual luego resulta que mis planteamientos y cifras están equivocados, en cuyo caso aceptaré la tomatina, pero si precisamos lo que entendemos por «aeropuerto» y sacamos la calculadora, lo mismo hasta nos encontramos con alguna sorpresa.
Empecemos antes por aclararnos un poco. Se suele decir que ahora mismo España es un país con más aeropuertos que provincias. Esto puede ser cierto según se mire. Si ahora mismo AENA gestiona 47 aeropuertos y hay 50 provincias, aún incluyendo alguno que pueda estar en construcción o proyectado (no cuento los de titularidad privada) la cosa sale más o menos equilibrada. Ahora bien, si a los aeropuertos de la red de AENA sumamos el resto de aeródromos de titularidad privada, la cifra se triplica, con lo que si lo vemos así, pues sí, hay más que provincias. ¿Y este dato es realmente un factor a tener en cuenta? Pues la verdad es que no. Contabilizar aeropuertos en función de cuántos tocan por provincia, sin contar otros factores, es igual que comparar el tocino con la velocidad. Ojo con esto porque no hay que confundirse. El verdadero factor a tener en cuenta no es la cantidad de aeropuertos, sino el tipo de instalaciones de que estemos hablando. ¿Acaso podemos medir por el mismo rasero a Barajas y a Fuentemilanos? ¿Se puede comparar El Prat con Sabadell? Obviamente son instalaciones distintas para usos muy distintos. Así pues, la burrada no es construir más aeropuertos, pero hay que saber qué tipo de aeropuerto crear y dónde. El problema es que en cuanto se cruzan por delante intereses políticos o maniobras económicas, el panorama se enturbia mucho, así que intentaré ignorar esa parte de la ecuación y trataré de enfocarlo de forma tan objetiva como me sea posible.
Veamos algunas cifras. En algún lugar dí con un listado de campos de aterrizaje en España que arrojaba una cifra de alrededor de 350 localizaciones (aproximadamente, tampoco era una cifra sólida porque no estaban todas registradas). El fallo es que esta lista incluía desde Barajas hasta la última pista forestal o de emergencia. Si contamos únicamente instalaciones que se puedan considerar aeródromos (con algún hangar, suministro de carburante y algún edificio más) la cifra se reduce a cerca de la mitad. Revisando otras fuentes podemos ir componiendo un cuadro con cifras bastante reveladoras.
En España hay unos 150 aeropuertos y aeródromos. De entrada la cifra puede parecer alta, pero la sorpresa viene cuando hacemos una comparativa con otros países de nuestro entorno. Francia (475), Alemania (549), Inglaterra (505), Italia (132)… Salvo Italia que no anda muy alejada (pero tiene algo más de la mitad de nuestra extensión), los otros países llegan a triplicar nuestra cantidad de pistas. ¿Cómo se explica que ocurra esto con Francia, que tiene una extensión ligeramente superior a la nuestra? ¿Y qué decir de Inglaterra, que viene a tener la mitad de territorio? Es curioso, pero allí nadie se queja de que sobren aeropuertos. ¿Motivo? En el caso de Inglaterra habría que añadir la consideración de que allí hay muchísima tradición aeronáutica, pero el principal factor debe ser sin duda que allí se construye de forma razonable y ajustada a sus necesidades, cosa que aquí no siempre se hace. Una última cifra, la que se lleva la palma, la obtenemos de EE.UU. Allí existen entre 10.000 y 15.000 aeropuertos (según dónde se consulte). Un país que «sólo» es veinte veces más grande que España tiene… CIEN veces más cantidad de aeródromos. ¿Tiene sentido?. Es cierto que he sacado cuentas atendiendo a la superficie de cada país, supongo que para desmontar la lógica de los que critican que aquí haya más aeropuertos que provincias. Pero es igual, si sacamos las comparaciones atendiendo a la población de cada sitio, cambian ligeramente las proporciones, pero el resultado sigue siendo el mismo: ya sea por extensión geográfica o por habitantes, tenemos muy pocos aeropuertos (o aeródromos). En el caso de EE.UU. es incluso más llamativo (de nuevo), ya que con una población seis veces superior a España siguen teniendo cien veces más aeropuertos. ¿Qué pasa pues?
El principal problema podría ser la falta de cultura aeronáutica que tenemos, ese mal endémico que hace que en otros países conserven sus viejas glorias, mientras que aquí las mandamos a servir de blanco a las Bárdenas (algún día me extenderé sobre esa atrocidad). Esa falta de cultura hace que muy pocos se hayan decidido a potenciar la aviación, ya sea como deporte o como negocio. Sólo hay que mirar cuántas compañías aéreas nacionales «grandes» hay (o habían) y cuántas compañías pequeñas, de ámbito regional con aviones pequeños conocemos. Ante eso nos encontramos con que la gran mayoría de pistas españolas están infrautilizadas. Recordemos las cifras (no sé si de hace un año o dos) que muestran que de la red de AENA no hay más de nueve aeropuertos que no sean deficitarios. Aún quitando algunos insulares que necesariamente han de tener pérdidas, el porcentaje sigue siendo preocupante. ¿Por qué? Por una parte habría que ver si realmente se les ha sabido sacar partido (léase mi anterior comentario sobre las poquísimas compañías, por no decir inexistentes, que cubran el ámbito nacional). Por otra también está el que posiblemente sea el motivo más evidente: la infraestructura construída no se ajusta a la demanda. Aquí es donde se responde a la pregunta inicial que formulo: ¿hay muchos aeropuertos en España? Para nada. ¿Hay demasiados aeropuertos grandes? Desde luego. Porque para ser sinceros, ubicar un aeropuerto de categoría internacional en cada pueblo, es una burrada, las cosas como son. Y es algo que por desgracia muchos aquí no han aprendido (o no han querido aprender). Por eso el resto de países tienen muchos más aeropuertos y más conexiones entre todas sus regiones, porque no construyen un Barajas (ni un Orly ni un Heathrow) cada treinta kilómetros. Se limitan a unos poquitos enormes, unos pocos internacionales donde realmente sean necesarios y unos muchos pequeños que interconecten todas sus regiones con los grandes hubs. Volviendo a EE.UU. allí podemos ver incluso aeropuertos municipales. Modestas instalaciones que sólo pueden dar cabida a aviones pequeños (algún turbohélice como mucho), pero con suficientes compañías regionales para conectarlos con aeropuertos de mayor entidad.

Tipos de aeropuertos: A) El que se presupuesta, B) El que se puede pagar, C) El que se construye, D) El que hubiera bastado
Casos flagrantes
Aquí el principal problema es que en muchos casos pesan más las motivaciones políticas y los intereses económicos que las necesidades reales (intentaré no profundizar sobre ello, ya que eso sólo pueden saberlo los directamente interesados, a mí sólo me interesan los aspectos prácticos y objetivos). Ello hace que aquí gustemos de comprarnos un trailer para ir al supermercado, pero cuando necesitamos hacer una mudanza tengamos que apañarnos con una simple carretilla. Casos en los últimos años hemos tenido unos cuantos.

Ciudad Real, paraíso de instructores. ¿Cuántos touch & go puede realizar una Cessna por pasada en su pista de 4 Km.?
El más conocido y mediático puede que sea el de Ciudad Real. ¿Era buena la idea de hacer un aeropuerto allí? Sí, ¿por qué no?. ¿Era necesario dotarlo con una pista de cuatro kilómetros (doscientos metros más corta que en Barajas)? Si estuvieramos hablando de un importante hub de mercancias, de un volumen de pasajeros que hicieran habitual los B747 y los A380 ó si se esperaran visitas de la lanzadera espacial… pues si. Para el resto de usos sobra media pista. ¿Alguien pensó en ajustarse a las necesidades reales de la zona? Evidentemente no. Y lo del primer intento de llamarlo «Madrid-Sur» se me antoja ya de chiste. ¿Alguien pensó que nadie se fijaría en el «detalle» de que está a dos provincias de distancia?.
Otro muy mediático y con gran controversia es Castellón. En sí, viendo las fotografías y las dimensiones no es de los aeropuertos más ostentosos (en cuanto a instalaciones, si se adorna con esculturas o florecillas es otro cantar). ¿Necesario? Depende, hablamos de una zona turística que potencialmente debería atraer a viajeros. Jugando bien las cartas y consiguiendo rutas debería dar lo mismo que esté a una hora de Manises. En el extranjero hay aeropuertos muchísimo más próximos y tienen tráfico de sobra. Si aquí se abrió sin que hubiera nadie interesado es otro cantar. Lo suyo sería, ya que está hecho, intentar sacarle partido. O eso o comérselo con patatas.
Menos conocido pero con su pequeña dosis de alevosía está el de Murcia. Hasta el momento se utilizaba San Javier a tiempo parcial junto al tráfico militar de la AGA. Tiene cierta lógica que se quisiera sacar el tráfico civil de allí para poder aumentar el tiempo de utilización, hasta ahí tendría lógica hacerlo (¿no coexisten Barajas y Torrejón a tiro de piedra uno de otro?). Pero una vez se ha construído adrede una segunda pista en San Javier, para que el tráfico civil y el militar puedan convivir sin problemas, se decide construír otro aeropuerto en Corvera. ¿Quién se come ahora la segunda pista de San Javier?
Uno que a pesar de las voces en contra no quisiera meter en el mismo saco es el de Caudé (Teruel). No veo justo incluírlo porque su orientación es muy distinta a la de los demás. Este aeropuerto nace con la idea de ser un centro logístico para almacenamiento y mantenimiento de aeronaves (como Mojave, pero en pequeño), algo prácticamente inexistente en Europa. De paso hay empresas de aviación ejecutiva y organismos de aviación deportiva que podrían estar interesados tambien en estas instalaciones. Pero una cosa se intenta que quede clara: no buscan que el turista se baje del avión a pie de pistas de Valdelinares, ni tener vuelos diarios a Nueva York. Lo remarco porque mucha gente es bastante dura de entendederas y en cuanto oye la palabra «aeropuerto» pone el grito en el cielo. Y como ya digo, un aeropuerto puede tener muchos usos distintos. Es una opción distinta de negocio, que saldrá bien o no, pero al menos parte de cierta lógica (el mismo proyecto de almacenamiento en una provincia del norte podría ser más que discutible).
Aparte de estos casos creo que se comentó algo en su momento sobre construír uno en Cáceres y un segundo aeropuerto en Córdoba, pero no he encontrado apenas información actualizada, por lo que poco puedo decir al respecto. Más recientemente se ha cancelado el proyecto de construcción de un aeropuerto privado en El Álamo (sur de Madrid) destinado a aviación general y de negocios, así como otro proyectado en Campo Real (Madrid) para un aeropuerto de mercancias. En el primer caso se espera que sea la T3 de Barajas la que absorba más tráfico de negocios (que actualmente se reparte entre Barajas y Torrejón), dado que se encuentra bastante infrautilizada (más aún desde el cierre de Spanair). Tampoco he podido leer mucho más al respecto, no puedo opinar aún sobre si es buena o mala idea sin ver lo que tienen que decir todas las partes (los operadores de aviación de negocios algo tendrán que decir), aunque a primera vista puede parecer sensato intentar aprovechar unas instalaciones ya existentes antes de embarcarse en unas nuevas.
Al final de la corrida, la cuestión no es si se hacen más o menos aeropuertos. Lo importante es hacerlos utilizando un poco de sentido común. En este caso el tamaño importa y mucho. Si en una ciudad pequeña o pueblo grande construímos un Barajas, lo más seguro es que le salgan telarañas. Si se le dota de un pequeño aeródromo, más barato, modesto y adaptado a un uso realista, podrá tener conexiones con aeropuertos más grandes nacionales y ya desde ahí… al resto del mundo. Aquí el modelo USA es un claro ejemplo, con infinidad de pequeños aeropuertos enlazados entre ellos con pequeñas compañías regionales o incluso con vuelos chárter. A nadie en su pueblecito de Nebraska se le ocurriría tener vuelo directo a Paris, pero todos pueden hacerlo con una única escala intermedia en otro aeropuerto grande si se lo proponen, lo cual no está del todo mal. Pero aquí nos empeñamos en poder volar un Valdemorillo – Whasington o un Villapozuelo – Londres. Y para colmo lloramos porque en dichos vuelos no podemos conseguir que haya más pasaje que tripulación. Ofrezcan un Valdemorillo – Barajas con aviones pequeños y a lo mejor se llevan una sorpresa.
Y por supuesto, con un uso y construcción sensato de aeródromos, otra gran beneficiada sería la aviación general y deportiva, la gran maltratada en esta película. No es un secreto que en muchos casos la convivencia entre la aviación comercial y la privada es difícil en los grandes aeropuertos, dado que se trata de dos tipos de operacion bastante distintos. En campos pequeños el piloto privado tiene más libertad de acción, tranquilidad de no molestar en las operaciones de los grandes reactores y principalmente una importante optimización de su tiempo. Al precio que cuesta una hora de vuelo, no creo que a nadie le haga gracia perder la mitad de ese tiempo simplemente rodando o aguardando turno en los puntos de espera (por no hablar del brutal aumento de las tasas aeroportuarias). En un campo más pequeño se pueden dedicar más a volar, no a recorrer rodaduras. Con más campos pequeños aumentan los posibles destinos para viajar y es una atracción turística más para la zona que los acoja. Recordemos, en Europa de media triplican la cifra de pistas. Esto podría indicar que allí esté mucho más extendida la aviación privada. El clima y los atractivos turísticos ya los tenemos, un aumento en este tipo de instalaciones podría ser un reclamo turístico más. Y no nos olvidemos del mercado propio, ahora que la aviación ultraligera va siendo cada vez más asequible y se producen aparatos con mejores prestaciones, la aviación deja de ser un «deporte para ricos» (maldita leyenda urbana) para estar al alcance de bolsillos más modestos. Siempre sale más económico operar una avioneta, ULM ó VLA desde un aeródromo pequeño que desde un aeropuerto internacional enorme (cuando la normativa de cada instalación no lo prohibe directamente).
De todas formas aquí ya me estaría desviando al «lado aire» del tema y prefiero aparcarlo por ahora. En conclusión, no es un problema que haya muchos aeropuertos, incluso debería haber más. Pero sólo es viable si se construyen con un poco de conocimiento y sensatez. Un aeropuerto demasiado grande puede ser un lastre si no se ajusta a una necesidad real, un aeropuerto pequeño (bien planificado) siempre es susceptible de ser ampliado en el futuro si la demanda aumenta. Otro día tal vez me extienda más sobre lo que se podría hacer con tanto aeropuerto.
4 respuestas a ¿Hay suficientes aeropuertos en España?
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Ahora recientemente han abierto el de Castellón para que tenga algo de uso, después de todo lo que nos hemos gastado que menos que al menos se ponga en funcionamiento para rentabilizar lo que perdimos
El problema es que para que tenga vuelos lo primero que necesita es gente que quiera ir allí (no solo castellonenses). En su momento salió un directivo de Air Berlín comentando que no tenía sentido abrir un aeropuerto en un destino que nadie sabe que existe en el extranjero. Lo primero es dar a conocer un lugar y, cuando surja la demanda para ir allí, entonces poner un aeropuerto, no al revés. Esto no es como «Campo De Sueños», si lo construyes no necesariamente tienen que ir.
Pero bueno, confiemos en que con el tiempo aproveche para algo.
huelva tendria que tenerlo hace años
Año 2017;se demuestra por el numero de pasajeros que el aeropuerto de Castellon estaba justificado.
Es triste el desprecio que sufrió el aeropuerto y su provincia solo por la guerra de los partidos politicos. Querian luchar contra el que lo hizo y el PP y no les importó un bledo dañar el prestigio de Castellon, lo màs triste fue oirlo de las personas que viven en esta provincia.
Ahora toca seguir luchando para que nos genere a todos la riqueza que de esta infraestrutura se espera.